El Partido Socialista
bailó de gozo y contento
porque vino a visitarnos
José Luis, el Zapatero.
Fue el domingo, al mediodía,
en un mitin mañanero.
Ya poco antes de las doce
estaba el pabellón lleno
de socialistas venidos
desde cerca y desde lejos,
de La Moraña y el Tiétar,
y de las faldas de Gredos,
a escuchar al nuevo líder,
José Luis, el Zapatero.
Con puntualidad obrera
el tal acto dio comienzo.
Cerca de 2.000 personas
con gran calor aplaudieron,
y decenas de pancartas
se enarbolaron al viento,
mientras agudos Olés
en media Ávila se oyeron,
y resonaron muy fuertes
hasta el Jardín del Recreo.
Hasta las sillas plegables
con gran ímpetu aplaudieron,
con gritos entusiasmados:
¡Bravo, José Luis! ¡Torero...!
Abrió este importante acto
y ejerció de telonero
don Pedro José Muñoz,
ex-alcalde de Cebreros.
Atentos lo acompañaban
los candidatos electos:
Cesar Augusto Martín,
inspector de los maestros,
que es cabeza hacia la Junta
y allá va como un torpedo;
Villalba, que es candidato
a Presidente Juntero;
y el sin par don Tomás Blanco,
que aspira a cumplir el sueño
de gobernar, en el Chico,
el Ilustre Ayuntamiento.
Puso la guinda al pastel,
en discurso mitinero,
y en un fastuoso discurso
de contenido muy denso,
el general secretario,
José Luis, el Zapatero:
-¡Compañeros socialistas!
-así comenzó diciendo-
Desde este foro abulense
solemnemente prometo...
que afeitaré en la Moncloa
ese Bigote tan negro...
Y es verdad, lector querido,
hasta yo mismo lo creo.
Porque el líder socialista
se ha metido a jardinero,
y ha dado vida a la rosa
que se moría en el florero,
la rosa de este partido
que se secaba en el tiesto,
con todas sus hojas mustias
y pétalos casi secos.
Mucho trabajo le queda
en el jardín del congreso...
y en el otro de Moncloa
donde, si mal no recuerdo,
cuidaba enanos bonsáis,
con cariño y con esmero,
aquel famoso marido
de doña Carmen Romero...
Pero llega, por fortuna,
este eficaz jardinero
y quita las malas hierbas,
y a la rosa da buen riego,
y ya está otra vez la rosa
en el jardín floreciendo...
Y tanto y tanto florece,
que hasta Aznar tiene ya miedo:
-¡Zapatero a tos zapatos!
-claman todos los peperos,
temiéndose un zapatazo
y un descalabro tremendo
ante los nuevos comicios
que ya están todos oliendo-.
Porque el Zapatero insiste:
-¡Esto ya no tiene arreglo!
¡Es una negra vergüenza
el chapapote gallego!
¡No queremos ir a Irak
a defender el Imperio,
ni a apoyar a Jorge Busch,
ese tal yanqui y guerrero!
Pero Aznar responde: -Espera,
que aún no ha llegado tu tiempo...
Mas, como él quiere poner
a la situación remiendos,
y como quiere coser
los rotos de este gobierno,
Zapatero Remendón
lo llama ya todo el pueblo.
Así acaba este capítulo
que trata del lado izquierdo.
En próximas ocasiones
trataré el lado derecho,
porque todos los políticos,
sus programas y proyectos,
van a salir retratados
en aqueste romancero.
Nos vamos a divertir
varias semanas con ellos,
con sus promesas solemnes
y con sus politiqueos,
con sus actos y sus mitines,
y con sus discursos huecos:
"-Si me votáis, yo aseguro
y en este mitin prometo
que os conseguiré la luna,
y hasta el sol en un momento,
porque nosotros mandamos
en Catalina y Lorenzo..."
Ansí, por pillar un voto
que en la urna meteremos,
nadie, nadie va a librarnos,
más de dos meses y medio,
de actos, mítines y charlas
tratando de convencernos...
pues no se dan por vencidos
estos políticos nuestros.