Toda España está de luto
y transida de dolor,
con congoja, desconsuelo,
tristeza y desolación,
por la muy grande tragedia,
de que no han metido gol
sus once ilustres patriotas
dando coces a un balón.
¡Ay, pobre señor Casillas,
Hierro, Nadal y Pujol!
¡Pobre del señor Baraja,
Luis Enrique y Valerón!
¡Pobre del pobre Raúl,
que el partido no jugó!
¡Pobres Helguera y Morientes,
y toda la alineación!
¡Y pobre la España entera,
que a dos velas se quedó,
porque un egipcio miope
hizo el papel de ladrón
y, como en otros mundiales,
nuestros "cuartos" nos robó.
En octavos cayó Irlanda,
aunque metió tal temblor,
que todo el papel higiénico
en España se acabó,
y en toda la piel de toro
el susto fue superior.
¡Menos mal que San Casillas
hasta el campo descendió
y se convierte en San Iker,
y hasta en "Las manos de Dios".
Tantos balones detuvo,
tantas pelotas paró,
y es tan lujo de portero
que, ya en toda la nación,
más que "Hotel de cinco estrellas"
lo llaman "El Parador".
Pero ayer, hace unas horas
ante el equipo anfitrión,
en horario intempestivo
toda España madrugó...
y por una vez, lectores,
fue un país madrugador.
Pero a los españolitos
mal nos sentó el madrugón,
y el ligero desayuno
¡ay! se nos atragantó.
¡Ay, qué disgusto tan grande!
¡Qué tragedia, qué dolor!
¡Esta vez el gran San Iker
ningún penalti paró!
¡La flauta, que antes sonara,
esta vez ya no sonó!
Hay milagros una vez,
raro es que los haya dos.
¡Y milagros, en la tierra,
sólo los santos y Dios!
¡Ay, qué disgusto tan grande!
¡Tengamos resignación!
¡En la pobre piel de toro
la desgracia se cebó!
Y, en las manos de Camacho,
el trofeo de ganador,
sin saber cómo ni cuándo,
zanahoria se trocó.
¡Que se la regale al árbitro,
pues, según cualquier doctor,
al que come zanahorias
le mejora la visión!
El egipcio, un tal "Gandur",
en "GANDUL" se convirtió
y, cual torero con arte,
a la España apuntilló...
¡Que le corten las orejas
no una, sino las dos!
¡Siempre con la misma historia,
siempre la misma canción!
¿Cuando jugamos los cuartos,
siempre decimos adiós!
Nos ha vencido Corea,
porque con quince jugó.
Cuenten, cuenten los lectores,
que muy bien los conté yo:
Los once coreanitos,
dos linieres, y un señor,
que siempre juega con ellos
y vale por otros dos.
Ya todos los españoles
cantan la misma canción,
ya mucho más popular
que la que Rosa cantó
en la "Operación Fracaso"
que supuso Eurovisión:
¡Aúpa España, Aúpa España!
¡No living celebratión!
¡España, otra vez será!
¡A esperar otra ocasión!
Ya el mundial no tiene gracia,
ya el mundial se terminó...
que sigan dando patadas
y que lo gane el mejor.